Imagina que una noche antes de dormir te miras tu nuevo tatuaje frente al espejo. Luce increíble, brillante y colorido, pero de pronto notas que la piel empieza a desprenderse con todo y el dibujo. Tu Dermis se va quedando cada vez más expuesta y brota sangre de ese sitio para darle paso a la expulsión de fluidos y sustancias putrefactas que jamás imaginaste que tu cuerpo podía emanar. No es una pesadilla, esto puede suceder. Cuando una pigmentación o tatuaje no cicatriza de la mejor manera, es posible que la tinta no soporte más su estadía en tu cuerpo y busque una manera de salir de él. ¿Cómo? A través de la transpiración, la sangre, el desprendimiento de piel muerta y toxinas… ¡No importa la forma! Pero ten por seguro que al no ser por una reacción alérgica, la culpa es enteramente tuya….
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